lunes, 22 de marzo de 2010

Soy el rey de mi país que es Larelandia










Benito Laren (48) tiene un personaje público excéntrico y enigmático, pero quien baja a abrirnos la puerta para comenzar la entrevista es una persona que no da con ese perfil. Es correcto, usa la camisa adentro de un pantalón de vestir, habla del clima, y sí, es calvo. Nos presenta a su hijo de dos años, a su mujer, nos muestra fotos de sus obras y exposiciones y nos convida agua para reducir los efectos del calor. Igualmente detrás de toda esa moderación brilla una mirada pícara e infantil, como si estuviese a punto de hacer una travesura o transformarse en el otro, en el que usa una peluca extravagante.

-Usted trabaja con el humor y lo lúdico como una excusa expresiva. ¿Cómo llega a esa elección?

-Es que yo soy Técnico Químico, pero lo que más me gustaba hacer era escribir y dibujar. Yo lo que quería, como siempre miraba la televisión, era ser famoso. Y ahí decidí dedicarme a la pintura, pero era todo muy serio. Así que empecé a jugar con los títulos de las obras como si fueran un chiste.

-Seguramente este juego también le sirve para lograr un personaje que lo resguarde. Es un poco tímido, ¿verdad?

-Puede ser. A mí me gusta mucho hacer reír a la gente, desde siempre. Cuando iba a dar la lección en la escuela, todos se reían, aunque yo no hiciera nada. Se ve que ya soy así, todo lo que digo causa gracia. También lo debo haber tomado de mi papá que siempre está haciendo chistes.

-El personaje que usted creó tiene todo un atuendo especial. ¿Cómo surgió el uso de la peluca y los anteojos?

-La peluca apareció en un viaje a New York. Hacía mucho frío, y entre ponerme un gorro o una peluca, era mejor ponerse una peluca. Y los anteojos son como un complemento. A mí me gusta actuar y así es como que no me siento yo.

-En sus cuadros se refiere a temas como los OVNIS. ¿Cree en realidad en este tipo de fenómenos?

-Yo creo que soy extraterrestre. Claro, porque veo que está todo dado vuelta de como uno piensa. Estuve estudiando el tema de los OVNIS, de la gente que viene acá y se comunica. Nos reuníamos todos los días con un grupo hasta que me di cuenta que estaban bastante locos. En un momento se les ocurrió decir que iba a pasar un cometa y que iba a causar un cataclismo y ahí me fui. Pero algo pasa, porque hay cosas que uno no puede explicar.

-Usted ha pintado varios ídolos populares argentinos. ¿Cuál es el significado de esto en su trabajo?

-El gusto de la gente va cambiando y ahora se está demandando eso. Tenés que estar viendo todo el tiempo qué es lo que buscan. Lo que más se vende ahora son las copias -y muestra una copia intervenida de "Los girasoles" y otra de "El dormitorio en Arles" de Van Gogh- de pintores conocidos, porque la gente no puede comprar el original que sale carísimo. Mis pinturas son inclusive más brillantes que el original. Les pongo brillantina.

-Pintó un cuadro sobre Maradona, ¿qué opina de él?

Me gustó pintar el retrato de Maradona. Lo hice para la feria de Arte BA del año pasado, pero aún no se vendió. El miedo que tengo ahora es que me quede de clavo.
-¿Pintaría algún cuadro sobre la presidenta?

Justo en este momento estoy por pintar un retrato de la señora Presidenta. Es para una muestra que será en una galería de Palermo Hollywood en el mes de marzo. Lo haré en un estilo entre Warhol y Pettoruti. Estoy trabajando sobre una foto que se la ve muy linda. Se ve como una estrella de cine. Me tendré que esforzar mucho porque tendrá que ser una obra excelentísima.

-¿Qué opina acerca de ella?

-La presidenta es atractiva, tiene su belleza, es una lástima que se dedique a la política. La veo más como una artista de TV o actriz de cine de Hollywood. Se la ve súper inteligente y yo como una persona común no logro comprender bien qué es lo que hace. Cristina es como la Virgen de San Nicolás. Es mucho más respetada en el exterior y tiene problemas extras por ser mujer.

-¿Qué opina del arte contemporáneo argentino?

-Me parece que ya tiene demasiados artistas. Las galerías ya no los pueden atender a todos. Y además la gente que tiene mucho dinero para comprar, ya no tiene lugar para poner obras.

-Usted dejó en los 90' su trabajo en la ex SOMISA. ¿Es más dura la vida de artista?

-Yo trabajo tres veces más ahora, pero lo otro no me gustaba para nada. Con la pintura hubo un periodo en el que tuve suerte. Sí, tuve suerte que no me morí de hambre. Después comencé a levantar... cartones por la calle. Me ayudó mucho mi padre que era diplomático. Sí, enmarcaba diplomas en una casa de marcos. Allí aprendí a restaurar marcos antiguos, cosa que ahora hago para mis obras.

-En una entrevista dijo que quería hacerse millonario con la pintura, ¿está más cerca?

No. Eso fue porque en una época buscaba tesoros enterrados, pero con la pintura es muy difícil. Este año cumplo 25 años como artista plástico.

-¿Cómo es eso de que buscaba tesoros?

-Estuve diez años buscando. Marcamos varios tesoros. Busqué en Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Paraguay... Pero es un tema complicado, había que sacarlos con permiso del Estado.

-Usted usa materiales como papeles brillantes, brillantina, técnicas como el collage ¿hay algo de una nostalgia sobre su niñez?

-Yo tuve una niñez malísima. En realidad toda mi vida fue horrible. Pero en la niñez sobre todo, me aburría mucho. Mis viejos eran muy estrictos, trabajaban todo el día. Lo que sí, por ahí mis cuadros atraen a los chicos.

-Tiene un proyecto para TV, ¿en qué consiste?

-Hicimos un piloto con una productora. Es un programa sobre arte. Hay una sección en donde le preguntamos a la familia y a los vecinos qué opinan del artista. Uno que entrevistamos funde los soldaditos de su hijo en el horno de su casa y llena la cocina de humo, entonces su mujer se queja.

-¿Podría convertirse en un nuevo Federico Klemm?

-No creo que me podría comparar de ninguna manera. Estuvo bien lo que hacía Klemm. Igual él explicaba el arte según su propio mundo.

-Hay algo que aparece en su obra que hace referencia siempre a su apellido, con los nombres de sus obras, o cuando habla del "Laren show"...

-Es que yo trato de poner el nombre, porque no me siento yo, ese no es mi verdadero apellido. Además como quiero que la gente me conozca trato de ponerlo todo lo que puedo.

-Es una forma también de inventar su propia realidad, ¿no?

-Sí, yo soy el propio rey de mi país que es Larelandia. Mi país existe donde yo vaya, tiene un metro cuadrado.

-¿Cómo concibe un cuadro suyo, cómo lo crea, en qué se inspira?

-Primero busco el comprador y después lo pinto.

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