domingo, 26 de febrero de 2012

Entrevista al pianista Adrián Iaies














Tal vez él se definiría como hincha de Estudiantes de La Plata, antes que como pianista de jazz, aun siendo uno de los más destacados y reconocidos de Argentina. La sala donde ensaya está en el fondo de su casa, atravesando un parque y subiendo una escalera. Allí puede estudiar (así hablan los músicos cuando se refieren a practicar su instrumento)  toda la noche incluso, sin molestar a nadie. Es un espacio todavía más silencioso que el ultra calmo sector del barrio de Saavedra donde vive. Está repleto de discos y fotos suyas tocando en diferentes escenarios del mundo. La entrevista se hace al lado del piano, en el que toca, para ilustrar sus argumentos, algunos acordes mientras habla. Es que Iaies a veces piensa con los dedos.


Noticias: ¿Qué características tiene el músico de jazz que lo distinguen de músicos de otros géneros?
Adrián Iaies: El músico de jazz disfruta de la sorpresa, que sucedan cosas en el escenario que no estaban pautadas. Una banda de rock ensaya hasta que suena como el disco. En jazz el ensayo es solamente un lugar en donde uno acomoda un poco las piezas y se pone de acuerdo en algunas cuestiones y ya está. Otra diferencia es que el músico de jazz es muy individualista. Es diferente de otros géneros, en donde armás un grupo y te ponés la camiseta de ese grupo y es un proyecto colectivo. El músico de jazz en general no toca nunca con un solo grupo, de pronto hoy toca con éste, mañana con el otro.
Noticias: ¿Es posible ganarse la vida siendo únicamente músico de jazz?
Iaies: El músico de jazz en cualquier lugar del mundo está acostumbrado a contar monedas. Se toca para poca gente, en lugares chicos y los caché nunca son los del rock. Lo positivo de esto es que necesariamente tu eje está puesto en otro lado. Hay algo muy pasional. La mayoría de los músicos de jazz da clases, cosa que en general no pasa con otros géneros. Hay una tradición, que excede lo económico incluso, alguien que toca jazz tiene que dar clases. El que da clases alguna vez fue alumno, o es alumno de alguien.
Noticias: Usted además de dar clases, también es el Director del Festival de jazz de Buenos Aires. ¿Cómo lleva la dimensión política de este cargo?
Iaies: Cuando me llaman para la dirección del festival, que fue en el 2008, yo dije que sí enseguida. Me gustó el proyecto de entrada. Me gustan los roles ejecutivos, me gusta producir. He sido productor en EMI, me gusta producir discos para otros. Durante mucho tiempo he sido el manager de mi propia carrera. Además lo conocía a Hernán Lombardi, un tipo que siempre me cayó muy bien. Él tiene una característica por la cual yo tengo simpatía casi automática, es workaholic. Yo soy así también. Para aceptar el cargo tuve algunas prevenciones, no convertirme en un burócrata. Así que yo no tengo una oficina, ni siquiera un escritorio, atiendo en el pasillo.
Noticias: Por su rol de director del festival tuvo algunos entredichos con el músico Mariano Otero (marido de la actriz Florencia Peña) que dijo que por haber criticado a Macri no lo convocaban al festival.
Iaies: Sí, tuvimos unos entredichos con Mariano. A mí me molestó su actitud, pero es algo que está superado. Mariano tocó en el 2008 en el festival, y antes del último tema criticó la política cultural del Gobierno de la ciudad. En el 2009, no solo que volvió a estar en el festival, sino que lo programamos en un escenario mucho más grande. Si yo después de cuatro años de dirigir el festival, sigo haciéndolo es porque estoy de acuerdo con la política cultural del Gobierno de la ciudad, si no, me habría ido. Para mi laburar con un tipo como Lombardi es un lujo. Para hacer un festival vos necesitás apoyo político, que para mí son dos cosas, que fue lo que pedí cuando me llamaron: libertad absoluta para programar y un presupuesto para lo que yo programé pueda hacerse. No acepto que nadie me llame y me diga poné a fulano que es amigo de tal, o sacá, nada. Nunca me han llamado para pedirme estas cosas y nunca tuvimos que bajar un concierto porque no estaba la plata.
Noticias: Le compuso un vals a Beatriz Sarlo, ¿A qué se debe esto?
Iaies: En uno de los conciertos que hicimos en el marco del festival 2008, que era en el auditorio de la Biblioteca Nacional…
Noticias: ¿Eso intentaba ser una especie de gesto de integración cultural con el Gobierno nacional?
Iaies: Sí, a mí me pareció que había que integrar. Después no funcionó. De hecho saltee todas las vallas institucionales y lo llamé a Horacio González y le conté lo que quería hacer. Quería llevar allí a Billy Harper un gran saxofonista norteamericano. Horacio, enseguida me dijo que sí, que no había problemas. Yo llegué temprano a la prueba de sonido y la encuentro a Beatriz sentada en la tercera fila porque no quería quedarse sin lugar. Charlé un rato con ella y me enteré de su gusto por el jazz. Soy lector de sus columnas. La leo, y además de aprender, la disfruto, que es el mejor elogio que podés hacer de alguien. Y le dediqué un jazz waltz que es como una linda forma para dedicar, pensando en un waltz a la Evans (Bill), porque ella me había hablado de “Waltz for Debbie” (clásico en la obra de Evans). Cuando Beatriz vino a ver mi concierto donde estrenaba el waltz, me dijo que no había podido escuchar casi nada porque se pasó el tema llorando.

Todo es jazz en la vida de Iaies. Suena su celular. La música que se escucha es del disco de Miles Davis, “Kind of blue”, el tema “Freddie freeloader”. “No es ningún ringtone”, aclara. “Puse el grabador del celular en el parlante y lo grabé, fue bien analógico”, comenta mientras apaga el teléfono.

Noticias: En sus recitales también comenta sobre su perra Maia que se acuesta debajo de su piano mientras toca y a quien también le dedicó un tema.
Iaies: Sí, ella estuvo toda su vida conmigo. Tiene 15 años, vino cuando era bebé, me la regaló un alumno. Está grande, está sorda. Es duro que la perra de un músico quede sorda. Quedó sorda por un ACV derivado de un golpe de calor porque se quedó dormida al sol en verano. Ella representa una época de mi vida. Estuvo conmigo cuando mis hijos eran muy chicos antes de que mi esposa se enferme. Yo enviudé, tuve otra pareja con la que tuve otra hija, Emilia (6). Con mi esposa, que falleció de cáncer en 2002, tuve a Martín (21) y Laura (17). Y Maia ha estado presente siempre. Ha visto pasar miles de alumnos también. Ha presenciado todos los ensayos porque está conmigo desde antes que grabara mi primer disco. Es un sentimiento muy fuerte, porque aparte no tiene contra. Es puro amor y no tenés malos momentos para recordar.




http://noticias.perfil.com/2012/02/el-musico-de-jazz-es-muy-individualista/

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