jueves, 31 de marzo de 2011

Nota en Cultura de Tiempo Argentino















La Ciudad de Buenos Aires será la Capital Mundial del Libro en 2011 (BACML 2011), un título un poco fastuoso que entrega la Unesco todos los años para promover la difusión del libro y fomentar la lectura. Desde el 23 de abril del 2011, y durante un año, la Ciudad deberá desarrollar actividades asociadas a esta designación. 
La designación impulsa a preguntgarse cuáles son las otras tareas que la Ciudad produce, más allá de esta actividad puntual, para apoyar el mercado editorial local, y también, cuál es realmente el estado de la industria del libro.
La directora del proyecto de BACML 2011, la ex legisladora porteña del PRO, Luciana Blasco, sostiene que este “es un premio por todo lo que en esta ciudad se viene haciendo para promover el libro y la lectura”. La designación se consigue porque en “2009 el gobierno motoriza esta iniciativa ya que considera a Buenos Aires una ciudad de letras, por sus librerías, escritores y bares literarios.”
Si bien el objetivo de la designación, según la directora, es “la promoción del libro, la lectura y la difusión del patrimonio libresco”, Blasco también plantea que la presentación de la obra La Torre de Babel realizada por la artista plástica Marta Minujín, que consiste en una torre construida con libros, “será el hito” del programa.
Es para preguntarse entonces si el proyecto consiste solamente en una enorme vidriera destinada a la difusión y el impacto mediático. Blasco explica: “La difusión no es una tarea menor. Está muy bien que el Estado genere nuevas actividades, que muestre lo que hace tanta gente. En vez de desarrollar cosas nuevas, está muy bien mirar las que se vienen haciendo hace tiempo, que hace gente talentosa, que sabe de esto, y ver como los ayudamos para que eso crezca un paso más.”
La funcionaria insiste con que “hay que potenciar esto que ya existe.” Agrega: “En Buenos Aires todos los días se presenta un libro, si nosotros armamos un ciclo que englobe todo esto que ya sucede lograremos obtener atención y potenciar cada una de esos eventos individuales.”
BACML 2011 se presentará en el marco de la más politizada que nunca Feria del Libro de Buenos Aires. Sobre esto Blasco respondió: “El ministro ya se pronunció al respecto, comparto particularmente su opinión sobre el tema Vargas Llosa. La Ciudad tendrá su noche como todos los años en la Feria del libro. Esperamos que sea un ámbito de tolerancia.”
Damián Ríos, fue editor de una de las editoriales de catálogo más interesante durante los 2000, y hoy es editor y dirige (práctica habitual en las pequeñas editoriales) su propio emprendimiento: Blatt y Ríos. Su visión es que el gobierno de la Ciudad “va a poner dinero en un año electoral, porque apunta a este tipo de eventos que le rindan a nivel tapa de diarios”. Para él, “se vende que Buenos Aires es una ciudad culta y arman eventos que causan impacto en la opinión pública, pero no hay políticas a nivel micro.” Ríos dice que “aprovechan lo que ya hay, la cosa independiente y autogestiva que tiene la Ciudad de Buenos Aires.”

SOBREOFERTA Y SOBREDEMANDA. Sebastián Noejovich coordina el programa “Opción Libros” que funciona dentro de la Dirección de Industrias Creativas en el Ministerio de Desarrollo Económico. Explica que “a diferencia del Ministerio de Cultura que se ocupa de la promoción cultural en general”, ellos trabajan “en el desarrollo de la industria, en que las editoriales sean mejores editoriales, las librerías mejores librerías.”  “El Estado (es entendido entonces) no como un productor de bienes culturales sino como un generador de desarrollo económico.”
Para Noejovich, “el mercado editorial local vive un clima de sobreoferta, en el cual a las pequeñas y medianas editoriales les cuesta mucho llegar a los lectores.” Por esta razón dice: “Trabajamos en darle visibilidad al catálogo de las editoriales independientes a través de acciones concretas.”
Consultado acerca de esta idea de sobreoferta, profundiza: “Si vas a una librería te vas a encontrar con libreros que ni tienen noción del material que tiene en la librería. Muchas veces no tienen espacio para guardar el material con el que cuentan. Y en este clima no tiene sentido aumentar ciegamente la producción. Nos parece que es más interesante generar valor sobre la producción.”
Sobre esto el interrogante podría ser si subsidiando el precio del papel no bajarían el precio de los libros y de esa forma mejorarían las ventas y también se generaría valor. Noejovich sostiene que “no es el precio lo que está definiendo el clima de la industria.” Explica: “Es cierto que los libros se han encarecido porque se encarece el insumo principal que es el papel. Nosotros creemos que hay que generar valor sobre la oferta y asegurar un circuito de comercialización dinámico. Quiero decir, si hay un pequeño editor y se le subsidia el papel, por supuesto que se lo está ayudando como caso concreto, pero no estaríamos haciendo que la industria funcione mejor.”
El editor Damián Ríos, comenta sobre esta idea de la sobreoferta, que “es verdad que existe una cantidad de libros que excede lo que puede mostrar la librería, pero también es verdad que hay mucha gente que va a comprar y no encuentra lo que busca.” Es decir que “hay mercado para autores que muchas veces no están en las librerías, tanto autores nuevos como clásicos.” Para Ríos esto habla de una “sobredemanda” y una diversificación del mercado: “Hay lectores más variados. Lo mismo pasa con otras cosas, con los alimentos por ejemplo. Entonces las librerías no dan abasto para recibir todo lo que se produce.” Sobre el tema del papel, Ríos dice: “La única ventaja que tiene el editor es la relación de confianza que pueda construir con su imprentero y las facilidades que este le pueda otorgar, imprimiéndole libros que después el editor paga en cuotas. Pero en esa relación no interviene el Estado ni el sistema bancario.”
Para Noejovich, hay una dificultad en que el mercado local sea tan acotado. “La única manera de proyectarse para las empresas esmediante la internacionalización, y hay dos maneras de hacerlo: a través de la venta de derechos y de la exportación.” Mediante subsidios, explica, se llevan a editores a ferias internacionales como Frankfurt. “El año pasado llevamos a diez, este año llevaremos a otros siete”, comenta. También, agrega, que traen compradores del exterior para reunirlos con las editoriales locales.
La cantidad de editoriales, librerías, los autores y la historia de Buenos Aires asociada con un pasado de letras, parecen suficientes para montarse sobre éstas, mitificarlas y sacarles provecho. A veces parece que la palabra gestión no contiene en sí la acepción que implica “gestar” y se reserva su significado solamente a “administrar”. La gran pregunta sería: si hoy no se gesta, sobre qué se podrá hacer cierto alarde en el futuro.<


http://tiempo.elargentino.com/notas/como-promover-libro-y-mercado-editorial-segun-pro

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