viernes, 4 de marzo de 2011

Las otras películas sobre redes sociales













"127 horas" y "Enterrado" hablan de la disolución de los vínculos sociales y de la hiperpresencia de las tecnologías de la comunicación en nuestras vidas.



127 horas es una película sobre la pérdida de los vínculos. El personaje que interpreta el actor James Franco, Aron Ralston, no está preocupado por lo que tiene que hacer para liberarse de la roca que lo ha atrapado en una grieta en los cañones de Utah, sino que se lamenta por no haber avisado a nadie donde iba. Todo ese tiempo en el que está prisionero, no lo está de la roca solamente, sino que está atrapado por su soledad y por la disolución de sus lazos familiares y sociales.
Aron no es un joven hosco o intratable, al contrario, antes de quedar atrapado encuentra unas chicas y las acompaña y nada con ellas en una sugerente laguna azul, pero luego sigue su camino, se atiene a cierto plan previamente trazado. Hay algo en esto que podemos asemejar a los vínculos que se establecen en las tan renombradas redes sociales: contactos fugaces, tangenciales, pero muy pocas veces convergentes.
La soledad no es un fenómeno exclusivamente contemporáneo y mucho menos que hayan inventado las redes sociales. No obstante, diferentes autores de distintas disciplinas coinciden en que la soledad es más difícil de sobrellevar por los días que corren, debido a la excesiva saturación de discursos a la que las personas están expuestas. Esa cantidad inmensa de diálogos que llegan a los ojos y oídos, desdibujan el sentido del mundo que las personas pueden construir e inclusive resquebraja una respuesta o una imagen clara sobre sí mismos. Existen muchas voces, propuestas, murmullos que se tornan incesantes: chat, Twitter, Facebook, la navegación de una Internet infinita, mensajes de texto y el zapping televisivo. Todos estos discursos son difíciles de dosificar y también que pasen a ser significativos realmente para nosotros, que nos apropiemos de ellos y podamos absorberlos y sintetizarlos. 
En Enterrado (Buried), el actor Ryan Reynolds, hace de un contratista secuestrado y enterrado en Irak. Si bien es un thriller que no deja aliento al personaje para hacer otra cosa que no sea pensar en salvar su vida, hay momentos en los que también el acento está puesto, al igual que en 127 horas, en la disolución de los vínculos con el afuera. En ambas películas, más allá de sus aislamientos particulares, la sensación de claustrofobia está generada por la falta de aire social que tienen los personajes. Ninguno de los dos son hostiles, sino que son emergentes de cómo la mayoría de las personas actualmente construyen sus afectos.
En las dos películas la conexión con el afuera está dada por el uso de aparatos tecnológicos. En 127 horas, la cámara de video que le permite repasar su vida algunos días hacia atrás y filmarse en caso de no poder salir nunca del lugar donde está atrapado. En Enterrado es su moderno teléfono celular, con el cual se envía fotos y videos con los secuestradores y las autoridades que intentan liberarlo.
Muchas veces la respuesta es culpar a la tecnología por alejar a las personas. Aunque en realidad no es que la tecnología lo haga, sino que ésta se presenta como una posibilidad de reponer aquello que ya estaba roto. Las redes generan la ilusión de que construirán esos lazos de los que carecemos, que encontraremos de quien nos separamos, que nos hallará de quien hemos huido. Es ahí donde repararemos todos nuestros errores que en el plano físico hemos cometido y obtendremos todo el afecto que en lo social carecemos. Obviamente cuando fallan tenemos más motivos para criticarlas.
Ambos personajes son personas jóvenes, con un manejo constante de las herramientas que proveen las tecnologías del mundo de la información, han crecido en ese entorno de nexos poco duraderos y en donde las redes se muestran como la gran promesa de ganar en cantidad de vínculos lo perdido en calidad de tiempo y espacios comunes compartidos físicamente. Los dos tratarán de invertir algo de su momento de aislamiento forzado en reflexionar más o menos fugazmente en qué ha sido de los afectos a los largo de sus vidas, ambos buscan una narración que los cuente, se hallan atrapados, esperando por el sentido. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo voy a hacer la pelicula mas polemica sobre redes sociales.espero que me salga bien y podais disfrutarla,saludos.